¿Cacao ceremonial?

El cacao contiene más de trescientos elementos beneficiosos para el ser humano, entre ellos la teobromina y el triptófano.
La teobromina dilata los vasos sanguíneos y relaja los músculos del corazón, proporcionando una sensación de ligereza y relajación a nivel físico.
El triptófano potencia la segregación de serotonina, la hormona de la alegría. Además, el cacao estimula la producción de feniletilamina, sustancia que nos hace sentir eufóricos y energizados.
Con lo cual, parece ser que mejora el flujo sanguíneo y la circulación y promueve la salud y el bienestar en general. Deciros también, que es rico en magnesio, hierro y calcio.

El cacao ceremonial te permite aquietar tu mente y concentrarte en tus buenas intenciones, ya sea para el futuro o tal vez solo para el día a día. Deteniendo momentáneamente esa batalla interminable entre tu corazón y tu cabeza. Ya sabéis, ese flujo de pensamientos que a veces se apoderan de nosotros. De este modo puedo contaros que mi primera impresión con esta bebida era que mi cabeza bajaba sus revoluciones.

La primera vez que me mencionaron el cacao ceremonial fue en un evento de círculo de mujeres, y creo que no le presté mucha atención. Es más, recuerdo que pensé: pues vaya cacao de toda la vida.
De este modo, la primera vez que asistí a una ceremonia de cacao, no sabía muy bien de qué se trataba. Sin embargo, en aquella ceremonia aprendí que compartir cacao, era mucho más que una bebida, se trataba también de estar presente y sobretodo de valorar lo que estaba tomando.

Después de esta ceremonia, decidí que compraría cacao ceremonial, en concreto se trata de la pasta pura de cacao que no contiene aditivos como azúcares que pueden impactar negativamente al cuerpo, y lo haría en casa.
Noté un cambio en mi aumento de los niveles de energía y la concentración. Sin embargo, al principio pensé que quizás era mi mente la que lo estaba creando. Mi sorpresa fue cuando mi marido comenzó a tomarlo y como no quería condicionarlo, no le comenté nada. Lo más curioso sucedió cuando al cabo de unos días me compartió que tenía más energía, y que estaba reduciendo el número de cafés, algo que estaba intentando desde hace tiempo y no lo conseguía.

Aunque existen diferentes modos de prepararlo, voy a contaros como lo preparo y lo tomo yo.

Ingredientes:
2 cucharadas colmadas de cacao.
1 taza de leche a vuestra elección.
½ taza de agua.

Cortar el cacao:
Si el cacao que has adquirido viene ya cortado o en polvo, entonces puedes omitir este paso.
En el caso de que venga en bloque deberás trocear el cacao antes de proceder a la preparación de la bebida.
Para cortar el cacao simplemente recomiendo que uses una tabla de madera y un cuchillo. Te invito a que conectes con el proceso de cortarlo, se trata de estar muy presente y que disfrutes de su olor.

Preparación:
1.- Para preparar el cacao lo puedes hacer con agua, lo ideal es que tomes como medida una taza de agua por persona.
También puedes utilizar algún tipo de leche vegetal, como las leches de arroz, avena, coco y almendra, eso lo dejo a vuestra elección.
O bien, lo puedes preparar mezclando agua y leche vegetal.
2.- Una vez que tengas el líquido en el cazo, deja que se caliente hasta que llegue al punto de ebullición y seguidamente baja el fuego hasta el mínimo.
3.- Deja el líquido un par de minutos en el mínimo e introduce el cacao directamente en el cazo.
4.- Desde este momento es importante que empieces a remover lentamente el cacao con una cuchara de madera o de bambú. Gira la cuchara como desees y disfruta del proceso de crear tu propio cacao.
5.- Continúa removiendo constantemente durante tres minutos aproximadamente.

Una vez que sientas que la bebida está lista, solo tienes que servirla en la taza que desees e iniciar la ceremonia o la toma de cacao en el espacio que desees.